Comienza el juicio contra 18 acusados de tráfico de drogas en Alzira
Desde hace años, los residentes del barrio de l’Alquerieta, en Alzira, se ven obligados a convivir con una situación de gran conflictividad marcada por la ocupación de viviendas, disputas entre vecinos, tráfico de estupefacientes, conexiones ilegales al suministro eléctrico, celebraciones improvisadas en la vía pública e incluso episodios de tiroteos.
Esta semana, la Audiencia Provincial de Valencia celebra un juicio contra un total de 18 personas, la mayoría de ellas pertenecientes a una misma familia, acusadas de formar parte de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas. Según la información proporcionada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), los hechos juzgados se remontan al año 2018, cuando los investigados presuntamente distribuían diversas sustancias estupefacientes desde el barrio de l’Alquerieta, en la localidad valenciana de Alzira.
Una red familiar organizada para la venta de estupefacientes
El ministerio fiscal sostiene que los procesados conformaban un clan familiar, cuyo núcleo principal estaba encabezado por un matrimonio. Este grupo, según la acusación, se dedicaba a la venta de drogas tanto desde las viviendas habituales de los diferentes miembros de la familia como desde otras casas vacías situadas en el mismo barrio. Estos inmuebles deshabitados habrían sido utilizados como lugares de almacenamiento y distribución, lo que permitiría una mayor movilidad y discreción en sus operaciones.
Las sustancias que se vendían incluían heroína, cocaína y marihuana, tres drogas con un alto nivel de demanda y peligrosidad, lo que sugiere que el grupo tenía cierta capacidad logística para abastecer a un número significativo de compradores. Estas actividades delictivas, según recoge la Fiscalía, habrían tenido un impacto directo en el entorno del barrio, afectando negativamente a la convivencia vecinal y generando alarma social.
Registros e incautaciones durante la operación policial
En el marco de la operación policial llevada a cabo en octubre de 2018, se realizaron registros domiciliarios en diversas viviendas utilizadas por los acusados. Durante estas actuaciones, los agentes encontraron distintas cantidades de droga, ya preparadas para su venta, así como dinero en efectivo, presumiblemente procedente de dichas transacciones.
En una de las viviendas registradas en Alzira, además de las sustancias ilícitas y el dinero, se localizó una pistola cuya posesión no estaba autorizada, ya que el titular del domicilio no disponía del correspondiente permiso de armas. Este hallazgo ha motivado la inclusión de un delito adicional de tenencia ilícita de armas entre los cargos que pesan sobre al menos uno de los acusados.
Gravedad de los delitos y penas solicitadas
El conjunto de acusaciones incluye delitos de organización criminal, dos delitos contra la salud pública relacionados con la elaboración y tráfico de sustancias estupefacientes, así como el mencionado delito de tenencia ilícita de armas. En función del grado de implicación de cada uno de los procesados, la Fiscalía ha solicitado penas de entre cuatro y siete años de prisión.
Se trata de un procedimiento complejo, tanto por el número de personas imputadas como por la necesidad de presentar múltiples pruebas documentales, periciales y testificales. Todo ello ha obligado a la programación de una vista oral de varias jornadas, en la que se espera que declaren tanto los agentes que participaron en los registros como distintos testigos y peritos.
Fechas del juicio y previsión de duración
El juicio ha dado comienzo este miércoles 26 de marzo en la Sala Tirant de la Audiencia Provincial de Valencia y está previsto que se prolongue durante cinco sesiones, finalizando el próximo 2 de abril, si se cumplen los tiempos previstos por el tribunal. La duración responde tanto a la elevada cantidad de procesados como al volumen de declaraciones necesarias para esclarecer todos los hechos y las responsabilidades individuales.
El tribunal deberá valorar con detenimiento el papel desempeñado por cada uno de los acusados, así como la validez de las pruebas aportadas por la acusación y las defensas, antes de dictar una sentencia que podría suponer penas significativas de cárcel.
Contexto social y judicial del caso
Este caso se enmarca en una serie de actuaciones judiciales que en los últimos años han tratado de combatir el tráfico de drogas a pequeña y mediana escala en distintos barrios de la Comunidad Valenciana. La utilización de viviendas vacías como puntos de venta o almacenaje es una práctica que, según fuentes policiales, ha aumentado en zonas con alta conflictividad o con cierta desestructuración social.
El juicio de Alzira pone el foco en la implicación de clanes familiares en este tipo de actividades, algo que también se ha detectado en otras operaciones recientes. El carácter familiar de la organización hace que las relaciones de confianza entre los miembros dificulten las labores de infiltración o ruptura de la red, por lo que la colaboración ciudadana y la vigilancia policial resultan fundamentales para desmontar estas estructuras.
Relevancia del proceso para el barrio de l’Alquerieta
La resolución de este procedimiento puede tener un impacto significativo en la recuperación de la normalidad en el barrio de l’Alquerieta, donde los vecinos han denunciado en múltiples ocasiones la presencia de actividades relacionadas con la droga. La celebración de este juicio supone un paso importante en la respuesta institucional frente a este tipo de delitos y puede contribuir a la mejora de la convivencia y la seguridad en la zona.
Por todo ello, se espera que la sentencia que se dicte sirva también como elemento disuasorio para futuras actividades delictivas, además de representar un avance en la lucha contra el tráfico de sustancias ilegales en el ámbito urbano.
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